Asegurar la sostenibilidad del crecimiento económico de Chile

El desarrollo económico resulta beneficioso para todos cuando es sostenible a largo plazo e inclusivo, elevando así los niveles de vida de todos los ciudadanos. Este crecimiento no debe comprometer el bienestar de las generaciones futuras ni favorecer exclusivamente a ciertas personas en determinadas regiones del país a expensas de otras.
En Centro Libre, defendemos la idea de que el progreso económico debe ser sostenible en términos medioambientales, económicos y sociales, considerando estos tres aspectos esenciales como determinantes de la calidad del crecimiento. Es crucial que el avance económico no se base en la degradación del medio ambiente, ya sea a nivel regional o nacional, ni en prácticas como el endeudamiento excesivo, el despilfarro gubernamental, la evasión fiscal o la dominación agresiva de un grupo sobre otro.
Reconocemos el cambio climático como la principal amenaza medioambiental para la humanidad, con consecuencias que afectan la libertad y la prosperidad de las generaciones futuras. En este sentido, abogamos por la creación de riqueza respetando los límites de un planeta con recursos finitos y aplicando el principio de precaución para evitar daños ecológicos irreparables y cambios climáticos catastróficos. La consecución de un progreso económico sostenible requiere un marco normativo internacional adecuado que proteja y garantice el uso responsable de los bienes comunes de la humanidad.
Reconociendo las oportunidades y costos significativos que conlleva esta tarea, entendemos que nuestro país, aún en vías de desarrollo, necesita adaptarse gradualmente a modalidades de desarrollo más sostenibles, tanto por razones económicas como morales.
Además, respaldamos la creación de marcos normativos que fomenten la responsabilidad fiscal, evitando que el gobierno cargue el costo del crecimiento actual en las generaciones futuras y protegiendo la democracia contra el exceso de gasto público basado en el endeudamiento. En este contexto, consideramos que la responsabilidad fiscal es un impulsor esencial para garantizar el bienestar de la población mediante el uso adecuado de los recursos públicos.
Asimismo, abogamos por marcos legales a nivel local, nacional, regional e internacional que impidan la explotación de unos individuos y grupos por otros, y que prevengan la formación de monopolios por parte del Estado. Creemos firmemente en la libertad económica y el emprendimiento como mecanismos para el intercambio entre las personas con el fin de alcanzar sus sueños y aspiraciones.
Fortalecer el comercio y la inversión
A lo largo de la historia, se ha demostrado que la circulación de bienes, servicios y capitales a través de las fronteras nacionales desempeña un papel crucial en la difusión de la prosperidad. Con un creciente número de países integrándose en la economía global, el comercio libre y justo, así como las inversiones transnacionales, son herramientas esenciales para reducir la pobreza y fomentar la paz. Sin embargo, el surgimiento de posturas proteccionistas en diferentes Estados y regiones ha excluido a algunos países de los beneficios que podría ofrecer la liberalización de la economía mundial.
Por lo tanto, es crucial defender y ampliar un régimen de comercio nacional abierto y eficaz que asegure reglas equitativas para Chile y sus aliados. En el pasado, los acuerdos de libre comercio bilaterales o multilaterales de alcance limitado han demostrado ser instrumentos eficaces para fomentar la integración comercial regional y las colaboraciones en materia de inversiones. Estos acuerdos deben ser promovidos siempre que respeten las normas de la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y estén abiertos a nuevos tratados comerciales internacionales, como el TPP11.
La resistencia al proteccionismo económico sigue siendo un compromiso fundamental de los defensores de la libertad, ya que es nuestra responsabilidad asegurar que el mayor número posible de personas se beneficie de la liberalización económica. A largo plazo, esto es crucial para mantener una sociedad liberal y abierta. Aunque reconocemos que el sistema de libre mercado por sí solo no garantiza una distribución justa de la riqueza, seguimos luchando por facilitar el acceso equitativo a los mercados, la propiedad, el capital, la infraestructura, la salud y la educación. Al fomentar oportunidades para todos, las personas tendrán mayor autonomía para contribuir al crecimiento de Chile y beneficiarse de él, lo que resultará en una reducción de la pobreza y un funcionamiento más equitativo de los mercados para el bienestar general.